miércoles, 9 de junio de 2010

Efectos a la Salud


Hasta el momento se ha constatado los siguientes efectos sobre la salud:

Aparición de nuevas alergias por introducción de nuevas proteínas en los alimentos. En EE.UU., en el conocido caso del "Maíz Starlink" (2000) se encontraron en la cadena alimentaria trazas de un maíz transgénico no autorizado para consumo humano que provocó graves problemas de reacciones alérgicas.

Aparición de resistencias a antibióticos en bacterias patógenas para el hombre (en algunos OMG se utilizan genes antibióticos como marcadores). Es decir, algunos transgénicos pueden transferir a las bacterias la resistencia a determinados antibióticos que se utilizan para luchar contra enfermedades tanto humanas como animales (por ejemplo, a la amoxicilina). La Asociación de Médicos Británica ha recomendado prohibir el uso de estos genes marcadores.

Aparición de nuevos tóxicos en los alimentos (debido a los cultivos Bt o a las proteínas que se utilizan como marcadores en los OMG).

Incremento de la contaminación en los alimentos por un mayor uso de productos químicos en la agricultura.

Disminución en la capacidad de fertilidad. Según un estudio hecho público por el gobierno austriaco, la fertilidad de los ratones alimentados con maíz modificado genéticamente se vio seriamente dañada, con una descendencia menor que los ratones alimentados con maíz convencional.

Otro estudio científico se añade a una larga lista de estudios independientes sobre los impactos ambientales y los riesgos para la salud de los productos transgénicos, que de forma reiterada son ignorados por las autoridades españolas y europeas.

Un nuevo estudio realizado por científicos franceses de las universidades de Caen y Rouen sobre tres variedades de maíz modificado genéticamente, muestra claras evidencias de riesgos para la salud. Se trata del maíz MON 810, único cultivo transgénico aprobado en la UE, y otros dos maíces autorizados para su importación y para su entrada en alimentación humana y animal.

El estudio se ha realizado a través de ensayos realizados por la multinacional Monsanto, que comercializa los tres maíces. El equipo científico examinó los datos de ensayos con ratas que se presentaron para conseguir su autorización, que eran hasta ahora confidenciales y han sido obtenidos en muchos casos por vía judicial. Según los autores es la primera vez que estos ensayos confidenciales que Monsanto ha presentado para autorizar sus productos son revisados por investigadores independientes

Los científicos han encontrado al analizar los datos evidencias claras de riesgos para la salud en parámetros sanguíneos asociados con las funciones renales y hepáticas. Los cambios observados con los tres maíces transgénicos siguen patrones típicos de disrupciones en el sistema metabólico. El equipo también critica duramente la forma en la que los datos fueron analizados por Monsanto, sin cumplir los estándares estadísticos internacionales ni los estándares para ensayos alimentarios.

Riesgos a la Salud


-¿Por qué ese rechazo hacia los transgénicos?

Son cultivos que están modificados genéticamente, cuyas consecuencias a largo plazo se desconocen, tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas. Hay investigaciones sobre estos cultivos en España que demuestran que tienen riesgos para la salud, como aparición de nuevas alergias, toxicidad o resistencia a antibióticos.

-Si pueden llegar a ser tan nocivos, ¿por qué se siguen comercializando?
Porque hay empresas que están muy interesadas, ya que están ganando grandes cantidades de dinero con la venta de estas semillas y con los productos que se asocian a su cultivo. Estas empresas son las que están dando una publicidad positiva sobre los transgénicos. Sin embargo, para hacer investigaciones independientes sobre los riesgos que se asumen no hay presupuesto

AMENAZAS PARA LA SALUD.

Los alimentos transgénicos llevan ya varios años en el mercado sin que hasta ahora existan normas de control o etiquetado de los productos que contienen OMG. Las compañías transnacionales CTNs. Sostienen que estos productos son inocuos y no representan graves riesgos para la salud. Pero la inocuidad de los alimentos obtenidos de CT no está demostrada y existen evidencias de graves riesgos. La experiencia ha demostrado que el proceso de manipulación genética introduce nuevos alergenos y toxinas peligrosos -en alimentos que eran anteriormente naturales y seguros- que entran a formar parte de la dieta de los consumidores, con consecuencias hasta ahora impredecibles.
Sin embargo, el introducir venenos de alta toxicidad en la cadena alimenticia, puede ocasionar:

1. Deficiencias inmunológicas en el ser humano, como resistencia a antibióticos o la aparición de nuevas e incontrolables enfermedades virales.

2. Transformación de la estructura celular.

3. La transferencia horizontal de ADN de los OMG a los microorganismos del tracto digestivo puede crear nuevos patógenos y enfermedades, malformaciones en las nuevas generaciones, mutaciones imprevisibles e irreversibles.

4. Disminución en las sustancias de protección contra el cáncer.

5. Aparición de nuevas alergias a los alimentos.

Dada la complejidad del código genético (genoma) son impredecibles los efectos que se derivan de la manipulación que la ingeniería genética está haciendo y se consideran sus alcances incontrolables e irreversibles.

El consumo de animales alimentados con transgénicos (de hecho, la mayoría de los alimentos genéticamente modificados (AGM), que se cultivan hoy en día forman parte de las dietas de los animales de consumo humano) exacerbarían la acción de los cultivos transgénicos CT.

jueves, 3 de junio de 2010

ALIMENTOS TRANSGENICOS EN MÈXICO






Maíz, Contaminación transgénica y pueblos indígenas en Mexico


Para la gente de los Pueblos Indígenas de Mesoamérica, el maíz es nuestra sangre, nuestros huesos, nuestra carne. Sin maíz no somos nada, un pueblo sin maíz es un pueblo muerto. Por eso no vamos a permitir que desfiguren al maíz, que le quiten su esencia, que lo maten, que nos maten. Quienes queremos al maíz creemos que renacerá la dignidad, que los guerreros tendrán como lanza su instrumento de labranza, que nuestros hijos e hijas, sus hijos e hijas y así consecutivamente, disfrutarán del fruto de la madre tierra que nos dejaron los abuelos.

La contaminación del maíz descubierta en la Sierra Juárez de Oaxaca, México, en el año 2001, es un hecho lamentable que no debemos pasar desapercibido. Es una herida profunda que pone en riesgo a la humanidad entera y solo beneficia a las grandes corporaciones transnacionales que hoy nos quieren imponer un modelo de consumo que privilegia sus intereses.

Este no es un documento académico, es mas bien una breve referencia al tema, para que quien se interese se motive a investigar más. Tampoco está libre de ideologías, trata de reflejar la posición del indígena que quieren desaparecer. Estas líneas se escribieron para que nos asomemos a ver la magnitud de la desgracia que nos han echado encima, ya cada quien sabrá que hacer cuando las lea.



Coordinador del Área de Derechos

Indígenas de la UNOSJO, S. C.




La Situación del maíz en México.
Imagínese la vida sin maíz, o sea: sin tortillas, tamales, atole, elotes, tacos, totopos, pozole, memelas, nicuatole, molotes, tostadas, empanadas, flautas, tlacoyos, etc., etc. Estamos tan acostumbrados a comer alimentos hechos con maíz, que casi nadie se pone a pensar en lo importante que es para nosotros. Total, es lo que siempre hay en la mesa.

Pero el maíz no siempre ha existido. Fue hace alrededor de diez mil años, cuando los hombres y mujeres que vivían en el territorio que hoy conocemos como Mesoamérica (entre México y Panamá), encontraron una planta silvestre parecida al maíz que les gustó y comenzaron a sembrarla. En las cuevas de los valles de Oaxaca (Guilá Naquitz) y Tehuacán, se han encontrado algunas de las muestras más antiguas.

El Popol Vuh, libro sagrado de los mayas nos dice: “en Paxil y en Cayalá, como nombran este lugar, nacieron las espigas de maíz amarillo y de maíz blanco”.






Han sido cientos de generaciones que han vivido en las tierras mesoamericanas las que convirtieron un fruto no más grande que un dedo meñique en un inicio, en las mazorcas que conocemos ahora. En ese largo tiempo se estableció una relación de dependencia mutua. El maíz necesita de la mano humana para poder vivir, ya que no crece solo; pero la gente de los Pueblos Indígenas también necesitamos del maíz para vivir. El maíz es lo que nos hace, sin maíz no somos.

Como dice el Popol Vuh cuando habla de la creación del hombre: “Allá fue donde obtuvieron en fin los alimentos que entraron a componer la carne del hombre hecho, del hombre formado: eso fue su sangre que llegó a ser la sangre del hombre, ese maíz que entró en él por el cuidado de aquél que engendra, de aquél que da el ser”3. Pueblos indígenas mesoamericanos y maíz somos compañeros inseparables.